Africa

En el sector del agua, gratis a menudo significa ausencia

PUBLICATION
November 18, 2025
Summary
Los sistemas de agua gratuita suelen fracasar por falta de mantenimiento y financiamiento, mientras que la privatización rara vez mejora la calidad o la accesibilidad. Existe un camino intermedio que impulsa a emprendimientos sociales capaces de ofrecer agua asequible y confiable, con rendición de cuentas a nivel local y con apoyo técnico inteligente. No es gratuidad ni privatización, es sostenibilidad con acceso real.

Cuando explico mi trabajo en la Safe Water Accelerator Uganda, donde brindo acompañamiento profundo a emprendedores del sector, escucho con frecuencia una pregunta bien intencionada: “¿Por qué no simplemente ofrecer agua gratis a las comunidades vulnerables?”

La pregunta es lógica, pero la respuesta algo complicada. En pocas palabras, el agua gratuita hoy a menudo significa ausencia de agua mañana. Décadas de cooperación al desarrollo han demostrado que los sistemas de agua gratuita no resuelven la continuidad ni la calidad del servicio. El agua puede llegar un tiempo, pero rara vez fluye de manera constante o segura. Cuando termina el financiamiento, muchos sistemas dejan de funcionar porque no hay responsables del mantenimiento, de las piezas de repuesto ni de la operación. Además, nunca hay presupuesto suficiente para sostener una provisión gratuita para todas las personas que la necesitan.

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Aunque en la teoría, los sistemas están diseñados para funcionar muchos años, en la práctica, fallan después de dos o cinco años por ausencia de modelos institucionales para recaudar tarifas y organizar reparaciones. Sin ingresos no hay operador y sin operador no hay mantenimiento. Los modelos de agua gratuita piden de manera implícita que las comunidades asuman toda la carga operativa, y a menudo estas no cuentan con recursos ni con conocimientos técnicos para sostener el servicio.

Entonces,¿dejamos la operación en manos de empresas privadas?

No. La evidencia ha demostrado que la privatización rara vez mejora la calidad o reduce los precios, y aunque pueda mejorar o aumentar la eficiencia, muchas veces termina dejando el servicio fuera del alcance de los hogares con menos recursos.

El agua es un derecho humano y un bien esencial. Su gestión requiere responsabilidad pública. Aun así, los sistemas públicos con frecuencia no llegan al último tramo de población ni operan con eficiencia. La mayoría de los servicios de agua gratuitos suelen colapsar cuando se acaba el financiamiento y la privatización no resuelve el acceso equitativo. Entonces, ¿Cuál es la solución? ¿Hay espacio para algo distinto?

“En algún punto entre el agua gratuita proporcionada por organizaciones no gubernamentales y la infraestructura gestionada por el Estado existe un espacio que permite, e incluso exige, la participación del sector privado. No en forma de grandes corporaciones, sino de emprendedores sociales con capacidad y apetito para resolver problemas."

Los emprendedores que encuentran ese nicho, que operan donde otros se retiran y que son capaces de hacer funcionar incluso modelos con márgenes muy bajos, lo consiguen gracias a la eficiencia y la innovación.

Una tercera vía: servicios asequibles con responsabilidad local

En los últimos quince años de trabajo con emprendedores del sector de agua y saneamiento han surgido alternativas prometedoras, lideradas por ex participantes y aliados de Cewas. Irrisol, dedicada a riego y abastecimiento, trabaja con comunidades para sostener sistemas operativos con eficiencia. Uduma, en África Occidental, construye, opera y mantiene sistemas solares de agua en zonas con baja cobertura, priorizando la confianza con usuarios.

Estos son dos ejemplos entre muchos y aunque enfrentan desafíos de escala, gobernanza, precios y regulación, muestran lo que es posible cuando se combina un pensamiento emprendedor con responsabilidad comunitaria y apoyo técnico acertado.

En la Safe Water Accelerator Uganda se impulsa una nueva generación de empresas como Sunda y WaterKit, con soluciones digitales que simplifican el cobro de tarifas y el mantenimiento. Tarifas justas, procesos transparentes y continuidad real del servicio.

Estas innovaciones superan el falso dilema entre gratuidad y privatización, y construyen modelos sostenibles, comunitarios y viables para poblaciones de bajos ingresos.

Conclusión

El sector de agua no necesita más pozos. Necesita sistemas que sigan funcionando. El acceso gratuito suena justo, pero la sostenibilidad es la que garantiza dignidad. Cuando se fortalecen emprendimientos que profesionalizan el servicio y cuando los usuarios pueden pagar una parte justa y exigir responsabilidad, el acceso deja de ser una promesa temporal y se vuelve un bien público duradero.

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Paul Kupfer
Gerente de proyectos y comunicaciones
África oriental
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